conexiones
Glenn Gould
Ali Farka Touré
Jean Béliveau - vuelta al mundo andando wwwalk.org |
…"El hombre es un microcosmos, o un mundo en miniatura, debido a que es un extracto de todas las estrellas y planetas del firmamento, desde la tierra y los elementos; y esta es su quinta esencia." (Philipus Aureolus Paracelsus)...
… hoy en día, cualquier ser humano conectado a internet y dispuesto a contar algo que ocurra a su alrededor es potencialmente un periodista cuya información —en imágenes, sonido o texto— es accesible al mundo entero. Es la hora del periodismo ciudadano…
… la ladilla humana (phtirus pubis) es un insecto pálido o translúcido que vive en las axilas, la barba y las ingles del ser humano, alimentándose de su sangre y dejando marcas azuladas en la piel. Puede pasar de un cuerpo a otro a través del contacto íntimo, lo que le permite vivir en cualquier lugar, de ahí su cosmopolitismo…
… “estamos conectados a un volumen de información inimaginable hace pocos años, pero el problema no es que sustituyamos el libro o documento en papel por el formato digital, sino que también sustituimos a las personas por su doble digital. O sea, la comunicación se ha extendido pero no es íntima” (Don Delillo)...
… el 18 de agosto de 2000, el canadiense Jean Béliveau cumple 45 años. Se halla en la mitad de su vida, su empresa de carteles de neón ha quebrado y hace tiempo que se siente deprimido, no encaja en el sistema, ha de hacer algo muy loco que le devuelva las ganas de vivir. Ese 18 de agosto, tras varios meses dando solitarios paseos en los que ha ido madurando su secreto plan, Jean Béliveau decide abandonar su ciudad, Montreal, con la intención de dar la vuelta al mundo, dejando atrás también a su familia. Así se inicia el viaje que habrá de mantenerlo ocupado durante los siguientes once años, a una media de 30 kilómetros al día, equipado con un carrito de tres ruedas que porta una bandera canadiense; en él guarda una tienda de campaña, un saco de dormir, un botiquín de primeros auxilios, algo de comida y un diario. No le hacen falta sofisticados aparatos de alta tecnología o un GPS, unos mapas le bastarán para orientarse. Dormirá al raso, pero también en iglesias, hoteles, en hospitalarios hogares de desconocidos o en cárceles, como esa en la que, tras el cambio de turno, los vigilantes pensaban que estaba encerrado por haber cometido algún delito y no lo querían liberar —¿cómo creerse esa historia de dar la vuelta al mundo andando?—… Durante el viaje este trazador de senderos aprenderá a hablar en varios idiomas y a chapurrear saludos en muchos más, su aspecto físico irá cambiando, mimetizándose con los lugares que va hollando; será abuelo en dos ocasiones, y perderá a su padre en 2006, mientras él está en Bélgica, lo que no detendrá su aventura. Con su viaje intenta llamar la atención sobre la violencia ejercida contra los niños, esos mismos niños que juegan con él y lo acompañan a la entrada de los pueblos. Hablará con varios premios Nobel (incluido Nelson Mandela), se topará con extraños de todo pelaje, desconocidos que le ofrecen su hogar para dormir, mujeres que buscan tener con él hijos de ojos azules; será robado en Sudáfrica, detenido en Etiopía, operado de urgencia en Argelia, escoltado por hombres armados en varios países —y eso a pesar de estar promoviendo la paz—; se reunirá con Luce, su esposa, en contados y apasionados encuentros a lo largo de esos once años, estará a punto de abandonar el proyecto en varias ocasiones… El periplo continúa durante 54 pares de zapatos hasta recorrer más de 75.000 km a través de cinco continentes. El 16 de octubre de 2011, Jean Béliveau, con 56 años y con menos dinero que cuando partió, regresa a Montreal junto a su familia, tras haber completado su vuelta al mundo. Como diría Kavafis en el final de su poema Ítaca:
Sabio como te has hecho, tan pleno de experiencia,
habrás entendido lo que significan las Ítacas…
…www
world wide web
world wide walk…
No hay comentarios:
Publicar un comentario